MIS HISTORIAS VIAJERAS

jueves, 5 de mayo de 2016

CAJAMARCA UN LUGAR PINTORESCO


Aquel verano pasado con el sol radiante en la casa de campo de mis padres solíamos jugar pelota con mis hermanos, mis primos se zambuían en el agua de la piscina, mi madre escuchaba la sintonía radial, mi padre leía su periódico sentado junto a los arboles de granada de hojas colores amarillentos, escuchaba los pajarillos cantar; cuando el viento empezaba a soplar como un vendaval. Y pues el teléfono empezó a timbrar y dar un zumbido, fue mi madre quien receptó la llamada de mi tío Daniel que estaba en la ciudad de Barranca que le invitaba a formar parte de la travesía turística rumbo a la hermosa ciudad de Cajamarca.

Fue aquella misma tarde, mi madre lo pensó por varios minutos, y fui yo que insistí para viajar, no quedó duda que no estaba en nuestros planes, sin embargo, tomamos el carro que estaba de salida. El ocaso del sol en medio de árboles gigantes que sombreaban en los cañaverales reflejaba que era el inicio de mis aventuras viajeras. Eran las 6 de la tarde, estábamos reunidos con mis primos, primas, tíos, tías, mi hermana y mi madre.

La movilidad que nos conducía hizo un stop en Chimbote donde nos apetecía comida oriental, mis primos Saúl, Megu y Milagros estaban bien felices y entusiasmado frente al mar del malecón de Chimbote, una fotografía era especial, nuestro recorrido seguía pasábamos por la ciudad de la eterna primavera, había aquel accidente automovilístico en la carretera, en los rostros se reflejaba preocupación y nerviosismo.

El conductor nos delito con músicas alegre, eran 13 horas de viaje y todo estaba en tinieblas, montañas y carreteras con peligrosidad, en ese momento no sabía donde estaba ubicado, noté gotas del cielo caer, no podía cerrar los ojos después de la noche pernoctar. Curva y más curvas que creía que nunca iban acabar la carretera abismal, me encontraba exhausto tanta vuelta de la movilidad, de lejos se veía un pueblo al que llegaríamos a Cajamarca.

Nos fuimos a descansar en aquel alojamiento que mis tíos nos tenían para nosotros, descansamos unas pocas horas; fue ahí que mi prima Megu yo fuimos a una jugueria, muy cercano a la plaza, lindo lugar con un jardín maravilloso, degustamos de un jugo y un sándwich.
Al amanecer era muy encantador, percibir esa melodía tan contagiante que provenía desde el mercado central, con la conocida canción del indio Mayta “La Matarina” característico de Cajamarca que anunciaba la bienvenida de los carnavales. 

Salí a conocer un poco la ciudad, mientras mi familia que nos acompañaba descansaban, y es que a estas horas de la mañana existe muy pocas personas y se facilita mucho fotografiar la mayoría de la plaza de armas que aún conserva características de arquitectura colonial y republicana.

Respirar con un cielo perfecto, salí a fotear con mi cámara fotográfica fue aquella vez una damisela tan hermosa de ojos verdes claros con esencia esmeralda, se encontraba en un jardín lleno de flores muy coloridas; me hipnoticé con su belleza y su delicadeza, cuando deleitaba una melodía de trova con su guitarra clásica y vaya que era sensacional.
Conversábamos de arte, música, cultura y mucho más; que nos conectaba a un mundo viajero y aventurero. La movilidad pasó por donde me encontrarían, fue tan fugaz el momento que de grabó en mi mente el nombre de “Raquel”. Mi tío Daniel echó un silbido y yo tenía que apresurarme para continuar nuestra travesía.

En el trayecto que nos dirigía a Por con, nuestra primera impresión eran los enormes murales de textos bíblicos. Venados, leones, loros, leopardos, zorros eran algunos de los animales que escondía este alucinante zoológico que está situado en medio de árboles que pareciera que estuviese en los alpes suizos, los pinos plantados llevan a un gran nivel de desarrollo que debería ser ejemplos para otras regiones del país.

Ver casas de maderas pareciera cabañas y respirar el aire fresco, recostado en árbol gigante escuchado una canción al estilo de “string karma” era rehabilitador para mi vida, sentir la emoción que brotaba mis ojos, recorriendo mi rostro, caer cada gota de lágrimas en la pradera de la granja del zoológico, una sensación del cielo gris en un paisaje tan pintoresco y bello.

hicimos una parada a comprar yogurt, queso, mantequilla, rosquitas, manjar natural de Porcón. Luego nos fuimos almorzar en el restaurant de este lugar, o en esta oportunidad yo no comí, pero veía como saboreaban la sopa que comúnmente lo llaman “Patasca”.
Bajamos un rato a jugar tenis en el polideportivo elegante, un grupo de cajamarquinos amables me llamaron para jugar pelota en el gras sintético, fueron 10 minutos de juego carecía de oxígeno, fue que tomé un descanso y me fui a divisar a un conjunto jóvenes apasionados del deporte extremo “skate park” era alucinante y muy entretenido.
La próxima estación era “Los baños del inka” sentía un clima tan frio y húmedo, imaginarse como las criaturas se bañaban en la piscina exclusivamente para ellos. 
Preferí solo hacer mis tomas fotográficas disfrutando del paseo, cuando de pronto se escuchó un trueno fuerte que provenía de lo alto, me sorprendí, señal que los paraguas tenían que darle uso ya que caían gotas lluvias, pero al rato se calmó y volvió a repetirse; algunos de los visitantes escuchaban decir que este clima es traicionero en el sentido literal. En la noche recorrimos la ciudad, balcones por todos lados, su plaza de armas, la iglesia ni que decir simplemente bella.

Hay muchos lugares en Cajamarca que no llegué a visitar, por falta de tiempo y es que en Cajamarca es el destino turístico segundo más atractivo para mí, después de Cusco, algún día pues dije, si es de regresar algunos de los lugares ya visitados; ¡Cajamarca! sería el primero.












































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