Es la primera vez que voy a redactar
desde un dispositivo móvil, porque me apagaron las luces y todos prefieren
descansar y es que el ruido que hacía en el escritorio era inevitable; de
madrugada cuando todos solían dormirse como es de costumbre después de cenar y
ver la televisión; como ha pasado el tiempo, ya es de otoño, las hojas caen de
los amarillentos árboles, gigantes y como poco a poco se empieza a llevar las
hojas secas el viento. Ese mismo viento frívolo intenso que se impregnó en mi
ser, de aquel noviembre del 2013, cuando por vez primera conocía un lugar
rústico y muy frígido.
Empiezo a recorrer por mi mente aquel
día cuando sentí como en aquel lugar cercano a una bodega donde solía comprar
agua mineral para tomar mis vitaminas, como es de costumbre mi sistema
inmunológico es vulnerable a las alturas, “estas pálido” me dijo el señor de la
tienda, sentía que ya no podía más resistir el soroche, sufrí un
desvanecimiento, producto de la temperatura. Más palpitante fue la situación de
mi amigo Luis Martínez, tuvieron que llevarlo al hospital, en cambio a mí me
inyectaron por las venas esa aguja que son fobia para mí. No frecuentaba comer
mucho, y es que cuando viajo no se me apetece casi nada.
Rosario Pari, en aquel entonces mi
compañera de viaje; una señorita carismática y apasionada con el canto; como no
mencionar las canciones en estilo cover con un lenguaje de inglés masticado.
Cada vez que frecuentaba estar vacío, una de sus melodías llenaba de
inspiración para sentir e imaginar lo grandioso que es el callejón de Huaylas
referirse al camino que nos dirigíamos con la empresa turística, Yanganuco es
sin duda impresionante, subir por las laderas de las montañas, contemplar las
aguas cristalinas que se ven a un color verdísimo, realmente la pasaba increíble
en este lugar tan emotivo y alucinante.
Contemplando el paisaje llamativo y
pintoresco, la vida en Huaraz debo decir que es cómoda, y asequible, una de sus
principales actividades económicas es la agricultura y el turismo. José Solís
un gran amigo cristiano que nos acompañó también; explicaba cómo era la
idiosincrasia en esta ciudad tan fría, que ya no respiraba aire si no helada. A
pesar de todo ello encontré muy buenos amigos, ya de noche fueron momentos de
diversión Jean Paul, uno de los más pileros en esta reunión, cesar Broncano no
fue la excepción.
Fue entonces que pasaba los días de
congreso de la universidad donde se unen para confraternizar de diferentes
sedes, como Barranca, Huacho, Chimbote, Sullana y Cajamarca. Las fotografías
son infaltables en estos andes grandiosos; como no probar los riquísimos
helados de Carhuaz, la pachamanca de carne de res y el agua de mate de coca, un
revitalizador energizante.
Por vez primera vez que me subía a un
bote, juntos a mis amigas Yovana Julca y Rosario, fue tan fugaz el paseo que me
quedaría con las ganas de subirme una otra vez más, el tiempo se nos terminaba,
llegó nuestro fiambre estábamos reunidos con las diferentes delegaciones,
compartíamos vivencias y experiencias en estos tres días que jamás serán fácil
de olvidar. Ya era hora de partir y regresar todo a las maletas.
En momentos nostálgicos en el bus que
nos trasladaba de regreso, pensaba que las amistades que encuentras, deben de
valorarse siempre estar en nuestra memoria, aquello buenos amigos, son los
hermanos que Dios nos olvidó dar, literalmente. Aprendí también que la vida es
una sola y hay que disfrutarlo al máximo. Debo agradecer a Jehová sobre todas
las cosas, gracias a él me permite estar donde me proponga.
Agradecimientos:
Movimiento Universitario de Identidad San Pedrana – Huaraz
Movimiento Universitario de Identidad San
Pedrana – Barranca
Universidad San Pedro
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