MIS HISTORIAS VIAJERAS

viernes, 15 de abril de 2016

TINGO MARIA, LA ENTRADA A LA SELVA


Puesto mis audífonos escuchando música que me identifiquen con la naturaleza, es la primera vez que conocía la selva ya entrando entre las riberas del río Monzón y Chunatahua, donde al parecer llovía y dejaba de estarlo con un accidentado clima y las carreteras también; dentro un pueblo lejano no dejaba de pensar lo cual maravillosamente seria el mundo charapiense, llegamos a un promediar 3 de la tarde donde todo era verde literalmente. Solo nos quedó buscar posada y descansar hasta el día siguiente del tours.

 En este día del tours empezó a calmar la tormentosa lluvia que dejó la noche de aquel día de viaje  , el oxígeno era fundamental para poder descansar y aliviar nuestro temperamento emocional, con mis amigos Flavio, Ivan, Giordano y Betty pasábamos un día fenomenal explorando al estilo Bob, con una moto taxi hicimos el recorrido turístico, en el transcurso de la carretera hablamos como uno más de la selva con el dejo que nos hacer sentir muy augusto, las risa y las bromas eran infaltable y de esta manera nos dirigíamos a Las Cueva de las Lechuzas y al parque nacional. La ruta gigante que se abre en el cerro del Parque Nacional en su interior habita guacharos, pericos, lechuzas y loros.

“Que dure este momento toda la vida”, pensaba en mi imaginación con el aire que debo asi soy feliz; los recuerdos en la tiendas que ofrecían eran muy peculiar, el arte que ellos realizaban, particularmente no compre mucho recuerdos; pero lo que más valioso  compré la experiencia de haber vivido momentos nostálgicos , de felicidad de saber que algún he de volver, “pocos son los años que vivimos” meditaba por vez segunda vez; sentado frente a las cataratas Gloriapata que  Se encuentra ubicada a 13 km de la ciudad de Tingo María, a la margen derecha del parque Nacional de Tingo María con una  entrada a este hermoso paisaje se hace a través del puente colgante. Durante el trayecto se puede apreciar montañas rocosas y abundante biodiversidad.

Ya nuestro recorrido iba terminando con un resplandeciente sol que bronceaba mi piel morena, el cerro san Cristóbal, en una cima donde se encuentra una cruz nos tomamos un selfie; este es el lugar indicado para apreciar el cerro de la bella durmiente y a toda la ciudad de Tingo María. En este cerro también se encuentran aguas cristalinas, rocas y vegetación que dan una belleza singular a este atractivo.
De esta manera el cielo se iba poniendo gris y a la vez era un clima agitador para nosotros, esta vez nuestra próxima parada era la plaza de armas ya de noche que Se encuentra en el centro de la ciudad, con una estructura arquitectónica en forma de un arco, que representa la puerta de entrada a la Amazonía Peruana. Está acompañada de un hermoso parque llamado “Alameda Perú”.


La pasión por recorrer cada recóndito lugar, el tiempo es muy corto teníamos que retornar a nuestros destino, no dudes en  visitar Tingo María, un destino que prometeré contar en nuevo capítulo que contiene experiencias inolvidables.


















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