Puesto mis audífonos escuchando música
que me identifiquen con la naturaleza, es la primera vez que conocía la selva
ya entrando entre las riberas del río Monzón y Chunatahua, donde al
parecer llovía y dejaba de estarlo con un accidentado clima y las carreteras
también; dentro un pueblo lejano no dejaba de pensar lo cual maravillosamente
seria el mundo charapiense, llegamos a un promediar 3 de la tarde donde todo
era verde literalmente. Solo nos quedó buscar posada y descansar hasta el día
siguiente del tours.
En este día del tours empezó a
calmar la tormentosa lluvia que dejó la noche de aquel día de viaje , el
oxígeno era fundamental para poder descansar y aliviar nuestro temperamento
emocional, con mis amigos Flavio, Ivan, Giordano y Betty pasábamos un día
fenomenal explorando al estilo Bob, con una moto taxi hicimos el recorrido
turístico, en el transcurso de la carretera hablamos como uno más de la selva
con el dejo que nos hacer sentir muy augusto, las risa y las bromas eran
infaltable y de esta manera nos dirigíamos a Las Cueva de las
Lechuzas y al parque nacional. La ruta gigante que se abre en el
cerro del Parque Nacional en su interior habita guacharos, pericos, lechuzas y
loros.
“Que dure este momento toda la vida”,
pensaba en mi imaginación con el aire que debo asi soy feliz; los recuerdos en
la tiendas que ofrecían eran muy peculiar, el arte que ellos realizaban,
particularmente no compre mucho recuerdos; pero lo que más valioso compré
la experiencia de haber vivido momentos nostálgicos , de felicidad de saber que
algún he de volver, “pocos son los años que vivimos” meditaba por vez segunda
vez; sentado frente a las cataratas Gloriapata que Se encuentra ubicada a
13 km de la ciudad de Tingo María, a la margen derecha del parque Nacional de
Tingo María con una entrada a este hermoso paisaje se hace a través del
puente colgante. Durante el trayecto se puede apreciar montañas rocosas y
abundante biodiversidad.
Ya nuestro recorrido iba terminando con
un resplandeciente sol que bronceaba mi piel morena, el cerro san Cristóbal, en
una cima donde se encuentra una cruz nos tomamos un selfie; este es el lugar
indicado para apreciar el cerro de la bella durmiente y a toda la ciudad de
Tingo María. En este cerro también se encuentran aguas cristalinas, rocas y
vegetación que dan una belleza singular a este atractivo.
De esta manera el cielo se iba poniendo
gris y a la vez era un clima agitador para nosotros, esta vez nuestra próxima
parada era la plaza de armas ya de noche que Se encuentra en el centro de la
ciudad, con una estructura arquitectónica en forma de un arco, que representa
la puerta de entrada a la Amazonía Peruana. Está acompañada de un hermoso
parque llamado “Alameda Perú”.
La pasión por recorrer cada recóndito
lugar, el tiempo es muy corto teníamos que retornar a nuestros destino, no
dudes en visitar Tingo María, un destino que prometeré contar en nuevo
capítulo que contiene experiencias inolvidables.
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